Un estudio realizado por la UCES pronostica para el próximo lustro
importantes mejoras en el funcionamiento de la economía real, pero en un
contexto signado por un mayor deterioro de las instituciones,
agravamiento de la violencia y retrocesos en materia de salud y educación.

Llena de buenas intenciones, pero vacía de logros: así será la Argentina
del Bicentenario. Según un estudio reciente, las principales
asignaturas pendientes de nuestro país no dejarán de serlo en los
próximos cinco años.
La conclusión surge de "Argentina 2010", un estudio prospectivo
realizado por la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales
(UCES), con el soporte de Escenarios y Estrategia (red especializada en
este tipo de estudios), que proyecta un panorama bastante sombrío para
los próximos años.
Un panel de 60 expertos diseccionó la realidad argentina en treinta
variables y, para cada una de ellas, pronosticó un comportamiento
bastante dispar durante el próximo lustro.
En un rango que oscila entre 2 y -2 (el 0 equivale a "sin cambios"), el
trabajo proyecta mejoras en diez rubros vinculados a la economía real,
tales como producción agropecuaria (1,4), nivel de exportaciones
productivas y con valor agregado (0,71 y 0,61 respectivamente),
producción industrial (0,69), innovación y desarrollo tecnológico
aplicado a la industria y la producción (0,68), etc.
Sin embargo, el informe es pesimista con el resto de las áreas que
analizan el contexto en el que esa economía debe funcionar:
funcionamiento de las instituciones, transparencia, seguridad jurídica,
violencia social, salud, educación, etc.
Así, por ejemplo, la investigación proyecta declives muy pronunciados en
áreas relacionadas con el desempeño del Gobierno, tales como el nivel
de credibilidad de la dirigencia (-1,13), reforma política (-0,92),
transparencia (-0,55) y seguridad jurídica (-0,83).
También pronostica un agravamiento en los niveles de violencia criminal
(-0,83), un grado de desocupación que no se revertirá (-0,02),
crecimiento del empleo no registrado y la evasión impositiva (-0,25 y
-0,15 respectivamente), así como de los niveles de inequidad en la
distribución del ingreso (-0,62). Mientras tanto, la educación (-0,15) y
la salud (-0,41) estarán lejos de ser asumidas como una responsabilidad
del Estado.
Los responsables del estudio reconocen lo dificultoso que resulta hacer
proyecciones a mediano o largo plazo en un país como el nuestro,
dominado por la incertidumbre. Pero aclaran que este tipo de
investigaciones no busca acertar el futuro.
"La prospectiva desarrolla un set de escenarios posibles tomando como
punto de partida la realidad. Sobre esa base, arma sistemas de alerta
temprana. Lo interesante es que nos permite visualizar una serie de
posibilidades a futuro para que hoy empecemos a tomar decisiones
inteligentes", explica Eduardo Balbi, presidente de Escenarios y
Estrategia. Para el especialista, el mensaje que arroja este informe es
contundente: "La economía real, única generadora de riqueza, necesita
mejores condiciones para crecer. La mala imagen que se tiene del
Gobierno obliga a una mayor seriedad, porque en el área privada hay
ganas de trabajar."
El sector empresario representado por la Asociación Cristiana de
Dirigentes de Empresa (ACDE) coincide con que las previsiones económicas
no presentan mayores inconvenientes, pero que están condicionadas por
el funcionamiento de las instituciones.
En una encuesta reciente, cerca de 400 empresarios señalaron la
necesidad de establecer acuerdos básicos en materia de educación,
estabilidad en las reglas del juego, buen funcionamiento del sistema
judicial y una efectiva división de poderes.
De acuerdo con Alejandro Tonnelier, director ejecutivo de ACDE, es
fundamental definir una visión de país. "Los argentinos tenemos una gran
dificultad para ponernos de acuerdo. Cada nuevo gobierno se instala y
modifica lo que hizo el anterior. Esto genera una gran incertidumbre."
Visión y estrategia
Para la realización del trabajo "Argentina 2010" fueron consultados
sesenta expertos de diversas disciplinas mediante el método Delphi. El
informe también contiene otros dos cuestionarios en los que, nuevamente,
las 30 variables son abordadas desde diferentes ópticas.
En el segundo caso, se trata de determinar cómo funcionará el Estado en
cada uno de esos rubros. El resultado final es un poco más desalentador:
en un rango que oscila entre 2 y -2, los consultados estimaron que el
desempeño estatal será levemente mejor que el actual sólo en nueve de
las treinta variables. En tanto, los rubros en los que se espera el peor
desempeño son los de reforma política (-1,03), credibilidad de la
dirigencia política (-1,02), violencia criminal, seguridad jurídica y
transparencia: -0,71 en los tres casos.
El vicerrector de la UCES, Juan Carlos Gómez Barinaga, considera que
estos resultados son la clara consecuencia de una falta de estrategia
nacional. "Una de las grandes deficiencias de nuestra dirigencia es que
vive haciendo diagnósticos... pero ahí se queda. Hay que tomar
conciencia de que los problemas del país sólo se van a resolver si
adoptamos una estrategia de país."
El último cuestionario indaga, justamente, acerca de la eficacia que
tendrán las diferentes políticas y estrategias desplegadas por el Estado
en los próximos años. Es el más pesimista de todos: sólo se proyecta
una leve eficacia en ocho de las treinta áreas estudiadas: innovación y
desarrollo tecnológico aplicado a la industria y la producción (0,02),
promoción de industrias competitivas (0,14), producción industrial
(0,17), producción agropecuaria (0,09), disponibilidad y accesibilidad
al crédito (0,11), producto bruto interno (0,23), nivel de exportaciones
con valor agregado (0,27) y nivel de consumo (0,19).
"Está claro que el Gobierno está muy preocupado sólo por el corto plazo.
Recemos por lo que suceda después. Lo que nosotros vemos es que el país
tiene posibilidades, hay una promesa hacia el futuro. Pero no es
suficiente con tener potencial económico; también somos un país
capacitado en vías de discapacitación. Por todo esto, es básico que
quien tiene la autoridad convoque a los diferentes sectores a definir
una visión y una estrategia", opina Tonnelier.
En su paso como Jefe de Gabinete del gobierno de Fernando de la Rúa, en
2000, el actual senador Rodolfo Terragno había diseñado el plan
Bicentenario, que establecía estrategias para superar los más
importantes desafíos del país, de cara a 2010. El plan nunca se puso en
marcha y los acontecimientos posteriores definieron agendas de gobierno
más centradas en la urgencia que en la planificación. "Ya es tarde para
celebrar con grandes logros el Bicentenario de Mayo. En economía, cinco
años no es nada. Ahora, tal vez debamos ponernos como meta 2016, cuando
se cumplan 200 años de la Declaración de la Independencia", opina
Terragno.
A criterio del legislador, al Gobierno no le genera ningún tipo de
preocupación la cercanía del Bicentenario. "A medida que se acerque la
fecha, habrá actos, libros, exposiciones, placas y discursos. Pero nada
más. Pompa y circunstancia; ni ideas, ni planeamiento."
Por Lorena Oliva
LA NACIÓN - Domingo 6 de noviembre de 2005